Introspección en el balcón

1. Los pasajes se pagan con tiempo; y durante un lapso existe la posibilidad de vivir una vida entera. Aunque sea en 60 segundos, somos capaces de esclarecer un sinnúmero de panoramas que pueden nutrir el baúl de las memorias y ampliar el tendedero de las perspectivas.

2. Hay consejos que merecen ser escuchados sin tanta resistencia, sin tanta objeción. Hay caminos que no pueden ser tomados tan ligeros como el aire. Hay almas y mentalidades que no compaginan más allá de un dudoso vaivén que se ahoga en los placeres del conformismo.

3. No podemos calzar en todos los sentimientos ajenos. No todos los moldes están hechos para cada uno de nosotros; es cuestión de disipar la polvorienta capa que les cubre los bordes agrietados y el metal opaco.

4. Decisiones hay como estrellas visibles en el gran cielo que nos arropa, pero cada paso tomado, más allá de las consecuencias, no puede cegar nuestra andanza ante la infinitud de alternativas que pudieron ser mejor para el alma propia.

5. Buscar o dejarse encontrar ha sido uno de los debates internos más amplios que han divagado a lo largo y ancho de una conciencia activa. A pesar de ello el súbito placer de una materialización socioafectiva aplaca toda búsqueda o pasividad de espera. Sin duda, el cimiento de todo hecho puede enmarcarse en una causalidad o un acto fortuito

6. Es incongruente divisar como en primera instancia accionan de forma altruista, sin esperar nada a cambio, pero una vez que el estímulo no evidencia las respuestas esperadas, todo esfuerzo parece caer en un gran arrepentimiento.

7. Entender que el tiempo se ve como una flecha hostil que acarrea todo aquello a su paso, es tener consciente que la realidad aún vista desde un enfoque subjetivo, no se deja aplacar ante el capricho mundano.

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